Su recuerdo de infancia es la pieza mas valiosa de Pascale Lehmann. Profunda, jovial y espontánea, en una época sedienta de lo natural, la ganadora del concurso de escultura en homenaje a Lily Garafulic, nos regala una brisa de realidad y nos propone más conexión con la naturaleza. “La obra debiera evocarte algo, transportarte, ojalá traspasarte el espíritu. En mi opinión es un desafío para muchos artistas crear espacios virtuales de lectura en la obra, evitar que sean literales, que se remitan sólo al mundo físico”. comenta, siempre sonriente.
 

Tus esculturas de cerámica son sugerentes al cambiante paso de la naturaleza, cada estación del año regala un paisaje distinto...

Si, mis esculturas están conectadas con el paisaje térreo. Ahí está mi inspiración! Mi intensión, eso sí, no es la de representar el paisaje; sólo dialogo con él tratando de captar sus sensaciones y su energía gestual, hago abstracciones siempre manteniendo un carácter personal en la obra.

 
¿De qué manera plasmas tu mundo interior en cada pieza?

La huella de quién uno es queda plasmada en tu trabajo, en la medida que tenga importancia para ti querer ser auténtica y tener un carácter propio y autónomo en la obra. Esa es una decisión racional, pienso yo. Es muy común y tentador fijar la mirada fuera de uno mismo, en obras a veces atractivas pero ajenas; sin visualizar y confiar en ese mundo interior que a cada uno le pertenece o inquieta. La creación está dentro de uno, es una decisión renunciar o no a ella. La obra de arte es un espejo inconsciente (o no) del mundo interior y del tiempo que te toca vivir. Eso es lo primero. Ahora, el encontrar o decodificar con claridad conceptual ese inconsciente, es decir lo que te mueve y nutre tu trabajo, tiene mucho que ver con el auto conocimiento. Buscar ese sentido, darle un valor a lo que haces, para mi es esencial, y requiere de pensamiento y análisis.

 
¿Cuál de todas las estaciones del año te gusta más y cuál no?

Cada estación del año me regala sensaciones únicas y me acompaña de forma distinta. Todas guardan belleza y carácter. Y se hace agradable que durante el año exista esa variación de atmósfera y colorido. Yo adoro la primavera! Es el renacer, una época especialmente viva y expresiva.


Decías además que la mente te lleva a acercarte al convencionalismo artístico. ¿Cómo rompes con eso para que tu obra te represente a ti misma?

Si, con la mente logramos conectarnos al mundo plástico circundante, y así captamos de éste algunos paradigmas estéticos aceptados por la mayoría. Esto puede jugarnos una mala pasada. En la medida que fijo mi mirada ahí, dejo que prime en mi trabajo lo que la mayoría aprueba y valora en un determinado tiempo, tendencia o moda. El arte, al ser creación, por definición no puede ser convencional. Es importante estar consciente de esto y tratar de realizar la obra sin importar si el resultado estético es bello o estéticamente aprobado. Se hace necesario creer en el propio trabajo, y entender que los buenos resultados no vienen siempre inmediatamente, sino que son el fruto de un camino que hay que recorrer. Creo esencial gozar del proceso creativo, y evitar tener la mirada puesta sólo en el resultado.


Entonces ¿Qué fragmento de ti encontramos en cada escultura que haz creado?

Uff!!! Muchos!! No es fácil abarcar tu pregunta, porque la obra involucra gran parte de lo que somos. Con ella te expones al mundo. Puedo muchas veces reconocer en mis esculturas gran fuerza y energía vital, carácter, pero también puedo ver una gran fragilidad, y una estructura clara pero dócil al cambio. Soy una mujer de tacto, sensual, emocional, y siento eso también se expresa en la obra. Asoma además a través de mi trabajo, una tremenda intención de romper con lo “ perfecto”, con lo inamovible, con esos paradigmas y límites inventados por otros, que te quitan libertad. Mis obras están en movimiento perpetuo, queriendo aceptar la evolución, la transformación, el cambio. Pareciera que cada escultura capturara un momento efímero, fugaz e irrepetible, en ese fluir de la vida. Mis esculturas muchas veces buscan libertad, romper límites establecidos. Imagino y construyo formas que están en un estado de transformación dentro de este lento proceso evolutivo. En ellas todo fluye, no hay permanencia ni inamovilidad. De ese modo, siento que éstas abrazan y valoran lo “imperfecto”.

 
"Se hace necesario que creemos más instancias que nos vinculen con ese territorio ajeno al paso del tiempo, con ese micro y macro cosmos natural que nos devuelve la tranquilidad y el silencio que tanto necesitamos".
 
¿Sumas otros materiales a tus obras además del gres?

Mis obras son esencialmente matéricas. Me gusta realzar las superficies con texturas evocadoras, que hablen de tierra, de vida. Estas superficies destacan por dejar ver el grano constitutivo de la arcilla, de modo de explicitar mejor la energía térrea del material. Para ello voy agregando e integrando elementos minerales como chamote de distintos tamaños, cuarzo, arena, que me permiten finalmente alcanzar la sensación táctil buscada. La última cosa que se me ocurrió agregar fueron semillas de linaza con la intención de generar cavidades en la arcilla una vez quemada. Pero las semillas germinaron (fotos abajo), y comenzaron a crecer brotes naturales en la obra en construcción! Se veía precioso!!!

 
¿Qué hace a una escultora de cerámica comprometerse tantas horas, pasar el tiempo con las manos llenas de tierra y a veces repetir la misma pieza que te llevo meses terminar?

El gusto y la pasión por la creación. Yo gozo con mi trabajo, me fascina! La cerámica es donde vierto mi creatividad. Me encanta la creación, el descubrimiento de lo nuevo, lo inusitado. Eso me mantiene más viva. Soy una persona inquieta y que necesita de los desafíos. Me gusta estar creando e imaginando formas, texturas, acabados. También me encanta la alquimia que acompaña a la obra; me motiva la investigación en el esmalte o engobe preciso que podría cubrir mi escultura. En general, la cerámica me permite expresarme libre y personalmente ; eso es lo que más me atrae. Me encanta la arcilla, material simple, dócil, expresivo , lleno de posibilidades! El origen térreo de la pasta cerámica me ha permitido una expresión honesta y espontánea del material, congruente además con mi obra. Me gusta la idea de ser una artesana que ennoblece la materia, y dialoga con ella con complicidad, sin enmudecerla. La materia tiene mucho que aportar!

 

A la hora de esmaltar te consideras esquemática...

Si, antes de esmaltar pienso mucho como ubicar cada engobe o esmalte. Saco fotos en blanco y negro previamente, y luego les agrego color, anotando en ellas todos los detalles que me interesa no olvidar. No es fácil, y me lleva muchas horas esmaltar. Requiero de concentración, pues utilizo generalmente varios engobes en una obra, los cuales tienen prácticamente el mismo color en crudo, antes de la cocción del horno. Esta etapa es muy importante, porque con el esmalte puedes realzar o restarle intención a una escultura.

 
¿Cómo logras que tu obra se aleje de lo mental, sea intuitiva y espontánea?

No pretendo a través de mis obras trasmitir mensajes, ni ser simbólicas, ni menos ofrecer un cerrado discurso conceptual del mundo mental. Es un trabajo que se expresa sensorialmente, y su energía y vida se captan por los sentidos. Simplemente son y siento en ellas autenticidad expresiva. Creo que su atractivo está determinado en parte porque ofrecen una vitalidad que se opone y no quiere dejarse vencer por nuestro desgastado mundo contemporáneo. Y claro, mi forma de expresión es bien alejada de lo racional. El impulso creativo nace a partir de una idea, que en su proceso se racionaliza y toma forma muchas veces a través del dibujo. Pero luego, en el contacto directo con la arcilla, es la intuición la que domina mi trabajo. Mi expresión es claramente espontánea e intuitiva; quiere aceptar el azar. Lo insospechado y lo inédito aparecen muchas veces en el proceso de construcción de la obra; me atrae el misterio de la creación, el desafío de penetrar en un territorio desconocido, ojalá con audacia. Es lo que me entretiene y atrapa; de ese modo me mantengo conectada íntimamente con la obra. Dar con el acierto, en ese diálogo con la materia, me encanta! Aunque también muchas veces me equivoco y sigo caminos errados en esa búsqueda. Hay retrocesos. Es el costo que hay que aceptar! Pero no hay pérdida de tiempo, es ganar experiencia, conoces cada día mejor el material y sus limites.

 
“Me encanta la creación, el descubrimiento de lo nuevo, lo inusitado. Eso me mantiene más viva.”.
 
¿Te ha costado encontrar tu lenguaje en el arte?

No, fue más bien rápido. Para mi siempre ha sido importante buscar autonomía expresiva, e independencia. El lenguaje artístico debe ser personal, y eso se conquista con autoconocimiento , pienso yo. Los convencionalismos nos limitan. Nos quitan libertad. Es necesario romper con ellos para crear. De otro modo, seguiremos quitándole libertad y creatividad a nuestra mente y espíritu.

 
No siempre se entiende una obra, ¿porqué?

Puede ser por muchos factores. A veces son extremadamente herméticas; otras veces pueden responder a un concepto que no se entiende o que no despierta los sentidos en el espectador. El artista debiera preocuparse de que su obra sea expresiva, creativa, que responda a su tiempo y que ojalá sorprenda o evoque. Una buena obra sobrecoge, mueve el espíritu e involucra al espectador. En el arte contemporáneo, es el observador quien está invitado a concluir la obra, a cerrarla con una lectura personal de ella.


¿Cómo logras que la forma y la materia no compitan entre si?

Si la materia está llena de detalles y textura, es decir, si juega un papel protagónico en la escultura, en general considero mejor para el resultado de la obra que vaya acompañado de sobriedad en el esmaltado, muchas veces un solo color basta. Cuando la forma es más simple, el color debiera poder usarse con mayor soltura y libertad.

 
¿Crees que el arte no debiera ser de elite?

El arte no debiera ser excluyente, sino accesible a todos. Para lograr esto creo importante educar en el desarrollo de la sensibilidad artística desde niños. Hay que enseñar a mirar, apreciar, sentir la expresión artística. Por otra parte, sucede con algunas obras conceptuales, que el mensaje siendo muy hermético o personal, puede difícilmente decodificarse. Esto aleja al espectador de la obra y lo desvincula del arte en general. Es un problema que sigue generándose. Ya en los años 60, este tema fue clave, cuando el movimiento Fluxus reflexionó respecto al rol del artista en la sociedad, y criticó el elitismo en el arte.

 
¿A qué te dedicas cuándo tus manos no están cubiertas de arcilla?

Estoy felizmente casada y tengo cinco simpáticos hijos que me han llenado de satisfacciones. Tenemos una familia entretenida, variada profesionalmente, muy apoyadora, inquieta y motivada por el mundo del arte. Nos gusta la vida sencilla, la intimidad familiar. Gozamos nuestros veraneos apartados en el sur profundo de Chile, donde junto a los bosques vírgenes hay silencio y quietud para cargar el espíritu de energía.

 
¿Cuál era tu actividad predilecta de niña, a qué jugabas?

Tengo la suerte de haber experimentado mucho el goce por la vida al aire libre en mi infancia. Paseos, harto deporte y aventuras, fueron un determinante comienzo para nutrir mi amor por la naturaleza. Me subí a innumerables árboles, coseché damascos y nueces en mi casa , hice caminatas en la playa y cordillera, jugué con barro, y tantos otros recuerdos que me permitieron disfrutar de un ambiente libre y entretenido. Los recorridos por los bosques chilenos, sentir nuestra Patagonia junto a los ventisqueros del extremo sur, admirar nuestro colorido desierto, todo esto, me sensibilizó con el paisaje térreo, y me hizo inconscientemente conectar mi personalidad y fijar mi mirada en este mundo vegetal y mineral y todos sus procesos de transformación.


¿De qué forma se conectan tus obras y la naturaleza?

Hay muchas formas de contemplar la naturaleza, y yo tengo mi particular punto de observación. Me interesa centrarme en como ésta se va transformando y evolucionando a través del tiempo. De algún modo, ese micro y macro cosmos vegetal y mineral no es inmutable, sino que está en continua metamorfosis evolutiva. Invariablemente éste va cambiando, fluyendo. Siempre me ha capturado que el paisaje térreo tenga la capacidad de generar cambios con belleza, ayudada por elementos naturales como el viento, las aguas, el calor, los deshielos, las olas. Ésta posibilidad de reinvención, es la que a mi me interesa exaltar. En mis obras quiero rescatar la belleza y vida que hay en ese gesto espontáneo, esa huella que deja el paso del tiempo. La vida hoy es muy rápida, y se desarrolla en un ambiente lleno de estímulos fabricados por el hombre. Vivimos inmersos en un mundo altamente tecnológico y funcional. Una época desgastada por la modernidad, dónde no hay tiempo ni espacio para la contemplación natural, que es la que nos conecta con nuestra sensibilidad y espíritu. Se hace necesario que creemos más instancias que nos vinculen con ese territorio ajeno al paso del tiempo, con ese micro y macro cosmos natural que nos devuelve la tranquilidad y el silencio que tanto necesitamos.


Por Lila Vera. Fotos de Qemantica en taller HuaraHuara y gentileza de la artista. www.pascalelehmann.cl


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